A otro año cumplido, más lecciones integradas, tejidas en mi; sin necesidad de ser cargadas, apiladas. Avanzo con las manos más libres, con el corazón abierto y dispuesto para aprender de nuevo, integrar, desechar, perdonar, crear.

Hoy subí una selfie cumpleañera a mi Insta acompañado de esto:

“Solo que estoy orgullosa de la mujer que soy hoy, me siento segura en mi. También porque se qué hay más para vivir, más por crecer, más por aprender, por amar mejor y ser amada también, recibir, compartir. 🫶 ¡Gracias!”

https://www.instagram.com/p/Crgqlu1pwlClsCdhK283qY03wJOd4bKfG2EXGg0/

Creo que lo que quería decir es que hace un tiempo como 10 años inició un proceso en mi de regresar por mi, marcado con el final de una relación de un amor que para mi era grande, estaba tan enamorada, lo amaba tanto y tomé ese amor que aparentemente ya no tenía donde poner y esa mechita me dio la fuerza para ir dentro, revelarme a mi parte ya no funcional, a seguir viviendo igual.

Puse ese amor en mi.

Necesitaba esto que hoy tengo sentirme libre en mi piel, en mi mente, en mis sueños, en mi vida, en mi palabra, en mi visión del mundo, amarme y verme como yo amaba.

No tenía nada de eso, estaba empañada por una idea idealizada de felicidad, que incluía obviamente una pareja. No sabía sobre la dicha, la paz, la intención, la esencia, el amor propio, la aceptación que empezaba de mi, valorización, visualización; tampoco conocía mis letras, ni el arte que podía crear.

Y que bonito, cumplir años y sentirte completa sin que las personas que amas sean los dadores de esa felicidad más sí son compañeros de vida maravillosos.

Supongo que es crecer, aceptar que la vida tiene sus aciertos, sus crecimientos, sus retos, sus momentos wow y otros no tanto. Que siempre, siempre te puedes crecer.

Que puedes amar sin traicionarte, esto es lo más lindo que he aprendido. Amar sin traicionarme, lo que significa no siempre poder tener una relación y no es solo con personas, hablo con la comida, con gustos, con ideas, con cosas que creces en la vida y es indispensable dejarlas ahí en los 15, en los 20, en los 35… para permitirte entrar a los 38 con las manos libres y el corazón abierto y disponible.

Veremos de que sabor salen las letras con este shot de libertad y amor interno que he elegido estos últimos años.

Nada perfecta, en crecimiento, amorosa esa soy yo.

Daniela