Dejar ir

Una frase que se a vuelto la solución para todo. ¡Sí!, pero ¿cómo?. Lo peor es que la respuesta es haciéndolo.

Es observar a lo que te estás apegando y separarlo de lo que es verdad, es decir dejar ir el resultado, la pregunta, la idea final. Claro habló desde en medio de la tormenta, porque si algo tengo es que tiendo a vivir demasiado en mi mente.

Según mi astrólogo favorito tiene que ver con mi luna Natal (alimento emocional) que está en Géminis: Comunicar, investigar, saber para sentirme amada, las letras puf!!! Ojos corazón. Entonces, juntas mi necesidad de saber para sentirme amada con el misticismo que trae seguir el corazón; eso ha sido mis últimos 7 años de vida.

Una guerra entre ir y venir, entregar mi supuesta seguridad de saber todo y confiar.

El acuerdo de paz es dejar ir, es dejar ir mi idea de cómo deben de ser las cosas, mis ideas aprendidas, mis imaginaciones. Es mostrarle a mi luna qué hay otras formas de sentirme segura, subirle el volumen a mi intuición, a mi corazón. Es encontrar una forma de alimentar mis deseos de comunicación, de palabras, de investigación y dejar que sea mi ser quién guíe mi vida.

Es hasta ahora que veo que esa guerra, valió la pena. Para mi el objetivo final, era reencontrarme con este hombre, al pasar eso significaría que el camino había valido la pena. Claro poco sabía yo el proceso era recuperarme a mi.

El punto era amarme; para eso tuve que dejar ir mi creencia que mi valor me lo daba un hombre, una creencia que se activo desde mi adolescencia. Nunca pensé que yo tuviera esa creencia activa, siempre me dije que yo no creía en eso, declaraba que eso era para mujeres mensas y dependientes (lo siento). Realmente no lo hacía, me esforcé por no necesitar a nadie, pero esa creencia tomó valor cuando se pegó a mi herida de abandono.

Es como quitarte un chicle con las manos calientes, es inevitable que te embarres toda. Así me pasó a mi, quería una relación libre, querría sentirme segura, quería poder confiar, darnos espacio, etc. Pero en mi maleta traía cargando mi herida de abandono, siempre temerosa, lista para correr y queriendo controlar; todo para que no doliera.

Imagina el miedo de amar a alguien profundamente y al mismo tiempo temer que se vaya y de paso se lleve tu valía como mujer. Es un 2×1, con el que duermes, vives, convives y al final no se trata de la otra persona; eso vive en ti, que se refleja en todas las areas de tu vida. No hay agua externa que pueda regar ese desierto que tu has alimentado.

La otra vez escuché, no eres tu mente, tu cuerpo tiene otros órganos que también son importantes pero no te haz apegado a ellos; es decir no vives al tanto de ellos 24/7; y es verdad me dio risa porque ya lo pude comprender. Si fuéramos solo nuestro cerebro, seguiríamos vivos aún cuando todo lo demás fallara, ¿no?

Y es verdad, yo vivía en este sistema de creencias. Estaban tan dentro de mi que he tardado 7 años en desmantelarlos; sin embargo ha valido la pena pues al dejar ir me di cuenta que yo no era ninguno de ellos, no era abandonable, nadie puede ser dueño o dueña de mi valor; era yo y filtraba mi vida a través de eso sin siquiera cuestionarlo. Yo creía eso de mi, me defendía, lo negaba, corría de eso; sin embargo, no me atrevía a dejarlo ir.

Fue el amar y sentirme amada lo que me obligó a dejar ir todo lo que no resonaba con eso. El amor me activó. Comprendí que al verme puedo amarme, sin importar el desastre que sea; soy yo y eso es suficiente.

Creo que el amar, despierta en uno una fuerza, una valentía desconocida que inevitablemente te lleva a ti, a luchar por ti.

Así que dejar ir comienza por ti, por dejar ir la idea de que no vales porque no tienes, eres, has logrado, hiciste, no hiciste, no has hecho… etc. La lista es larga, vivimos en una sociedad que tiene una lista de exigencias infinita para hacernos sentir inadecuados, insuficientes, no completamente bien; siempre hay un pendiente.

Cuando en realidad la respuesta es nuestra, es darnos de baja de las que no resuenen con nuestra verdad, es hacer un collage de lo que nos gusta de cada cosa que creemos en nuestra vida, hacer los ajustes necesarios y aprender a hacerlo; pues es una constante en nuestra vida. al menos lo es si deseas ser el soberano de la tuya.

Por ejemplo, para mi el ser mujer en una relación, era cocinar, atender a un hombre, ser su casi mamá, era cuidar a los niños, era perderme en él. La solución, estar soltera. Lo que no medí, es qué hay aspectos que me gustan como cocinar, cuidar y apapachar a mi hombre me gusta. Entonces vi de cerca y me di cuenta que uno puede medir cada aspecto, es cocinar, también que él cocine y pedir comida algunos días. Es atenderlo y dejar que me atienda a mi.

Entonces un mundo de posibilidades se abrió, descubrí la técnica collage. Esto es lo que conozco, lo que creo que se me pide, lo que me gustaría y el espacio en blanco para usar mis colores. No tiene uno que tirar todo a la basura, más si puedes modificarlo a tu medida continuamente, pues la vida cambia. Para todo esto tienes que dejar ir tu idea de como debería/esperan ser.

En ese debería has metido partes del contrato social, del deseo infantil, del miedo infantil, de lo que creciste viendo, de las pelis que te tocaron, de los libros, de las historias de tus amigos, las tuyas propias, de tus errores, de lo que dolió y te hizo feliz. Es un debería pesado, no tienes que dejarlo ir todo más si se ábrete a la idea de que puedes dejar ir aspectos, puedes enriquecerlo, puedes alimentarlo.

Espero que esta gran charla desde la necesidad de mi luna natal, te deje alguna reflexión, alimente o te sirva de acompañante en ese dejar ir continuo que es la vida.

Daniela Flores

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s