Anoche soñé contigo
justo cuando pensé que te habías diluido
en la neblina
de la composición de mis recuerdos.
Cuando
temí que todo estaba ya perdido.
Cuando
el cansancio me había vencido.
Cuando
nos convertíamos en olvido.
Definitivamente no eres el mismo
hay sombrío en tu mirada
ese que deja el paso
de las noches obscuras del alma.
Debo confesar, que a mi
a mi
me regresó la sonrisa a la mirada.
Se hizo espacio entre las sombras
que anidaron mis propias batallas.
Daniela Flores