El ego, servidor.

El proceso de vida es expansivo y la expansión sólo se puede dar a través del morir y del renacer. El renacer, suena a reconstruir todo como era, pero piénsalo que caso tendría tirar todo sólo para hacerlo igual; la idea es construir nuevos planos es reconocer lo que no era tan bueno, lo que tenía potencial, lo que pudiste ver desde esa perspectiva e integrarlo en la nueva. Es aprovechar que algo se cayó y construir algo más eficiente para ese nuevo tu.

El nuevo tu: Tú + muerte del ego + dolor (remueve lo que ya no funcionaba) = tú con nueva perspectiva, oportunidad y espacio para crear.

Y para mi esto es un ciclo que se vive continuamente en mis células, en mis pensamientos, en mi vida diaria. ¿Qué requiere? Consciencia, presencia en ti; ojo no en tu pensar, en ti. Y aprender a ser completamente real contigo, dejar de mentirte y aprender a cuidarte.

De nada sirve luchar con nuestro ego, ni con cualquier otra expresión de nuestro ser. Si se vuelven aliados, entonces uno encuentra la forma de tratarlos con amor y aceptar el papel que juegan en la ruleta de tu vida.

Entre más consciente haces las muertes de tu ego y permites el proceso de recuperación, entonces menos resistencia pones y reconoces que ese proceso sólo es síntoma de expansión.

Tal vez, es hora de darle al ego, su lugar como servidor. Aceptar que su función es una forma de expresión de nuestro ser y reconocer que le hemos dejamos todo el trabajo a un timón demasiado pequeño. Y así como el Titanic, se vuelve imposible esquivar los icebergs de la vida. Le dejamos demasiada responsabilidad a un ego rígido, creado años atrás, con el que no nos involucramos, no le damos una actualización, no lo acompañamos en la vida.

Imagina qué hay ideas que tienes desde los 10 años y estas ideas han dado forma a gran parte de tu vida, bueno imagina aun niño de 10 años viviendo una vida de una persona de cuasi 40. Es un maltrato pensar que un niño de 10 se haya quedado casi 30 años atrapado sin poder crecer; es una crueldad también que nuestros adultos tengan que responder como niños asustados, ante situaciones de adultos.

Eso hacemos y cuando lo miramos duele, vaya que duele; sí, y también libera. En ese momento donde logramos reconocer ese aspecto no desarrollado de nuestro ego, se libera. Entonces te encuentras llorando por lo perdido, por el dolor de lo que termina, de aquello a lo que le has invertido tanto tiempo y también hay alegría por la promesa de lo nuevo.

Si de algo uno se vuelve completamente seguro es que sin saber como, no volverás a vivir eso o al menos no desde la misma perspectiva. Y eso es lo que hace valioso el proceso de reconocimiento de la herida, porque la herida es valiosa.

La herida es un maestro, doctor, especialista en mostrarte tu límite inferior lo más roto, obscuro, dañino que puedes ser para ti y para los otros. Por lo tanto también te abre el camino par explorar nuevos límites superiores, no hablo de uno sólo porque como humanidad no tenemos límite y esa es la invitación.

En mi experiencia, a medida que vas integrándote; vas ganando nuevos límites inferiores o tal vez son los mismos pero con más presencia en ti, tal vez ganas piernas más fuertes y el fondo no se vuelve algo desconocido; ahora lo puedes tocar y ya no es desconocido es tu tierra desde donde has crecido y florecido.

Date la oportunidad de crecer, si hay algo que te caracteriza pero a ti ya no te funciona, déjalo. Mantenerlo te está costando demasiada energía, noches de descanso, ideas nuevas y sobre todo vida que te estás limitando a vivir. Ves como si es más tu elección que los qué hay a tu alrededor.

Daniela Flores

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s