Mi propia técnica.

Creo que no soy mucho del hiperrealismo ni para pintar, ni para vivir. Hago el trazo todo va bien, luego comienzo a marcar las sombras sabes para poder reconocer las luces, comienzo con el color base el obscuro, luego veo un tono más claro, el blanco, entonces aparece el verde olivo, el amarillo brillante y cuando veo he vuelto a pintar un cuadro multicolor.

Así que he decido renunciar a pintar como aquello que admiro, aquello por lo que comencé a pintar y lo haré a mi propio estilo, por que debo confesar cuando termino mi corazón se ilumina, tal vez seal el reflejo de tanto verde, del amarillo y olvidé mencionar el magenta.

Como la otra vez que llovió me acerqué a la ventana, y sin querer me fijé en las pequeñitas bolitas de hielo que habían organizado una fiesta en el toldo de mi coche, al ritmo del plac plac, tal vez les gusta el tap y encontraron la superficie perfecta para poder orquestar la canción que habían ensayado en las nubes, aun cuando no es la mejor superficie para el tap.

Me gusta dejar espacio para lo aún no imaginado y definitivamente posible, por que así es el universo, un lugar con una coordinación exacta que se desdobla a cada momento para cada uno de nosotros.

Supongo que al aceptar lo que uno quiere y es, viene acompañado con la bola de partes desconocidas que se sienten seguras y salen a la luz. Definitivamente mi deseo por el hiperrealismo, buscarlo, conocerlo, mejorarlo se terminó inclusive antes de comenzar. Es tiempo de explorar mi propia técnica, esa que hace mi corazón brillar.

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