¡Seguridad!

Si hurgas dentro de ti encontrarás que la base de todo es sentirnos seguros, en realidad amados. Es sólo que el amor como lo conocemos en nuestras relaciones lleva una buena untada de apego, de relación y ahí uno se pierde con la palabra amor.

Y sonará trillado pero es algo que no nos estamos dando, seguimos buscado en el exterior.

Piénsalo: ¿para que trabajas?, ¿para que aceptas lo que no te gusta del otro, inclusive te lastima? ¿Para que se pone uno cierta ropa y otra no?, ¿para que vas al gym?, ¿para que le sonríes o aceptas la plática de alguien con quién no sientes afinidad?.

Al final buscamos sentirnos seguros y nada te da seguridad como pertenecer, te guste o no a donde.

Claro que cuando uno se alinea, cualquier encuentro es satisfactorio, ya no necesitas del para siempre seremos uno, tendrán que gustarnos las mismas cosas, para toda la vida. Entonces aprendes a dar espacio y respetar el que necesitas. Aprendes a ver eso que te hace ruido, y ver que eso ruido, la esencia de la persona, el ser permanece intacto.

Si mi seguridad ya no viene de mis relaciones, ni de lo que tengo, ni de mis títulos (lo que soy. Entonces ¿de donde?, del amor que es la conexión qué hay entre tú y el creador de todo lo que es.

Hace como dos o tres años me hice una carta astral, entonces cuando llegamos a la parte de la casa de las relaciones me dijo aquí hay alguien está muy fuerte, en cuanto te decidas que es lo que quieres va a llegar. Y yo le dije, claro alguien en quien pueda confiar. Y me contestó, no Daniela, así no es, necesitas confiar en ti primero, saber que es lo que quieres, saber quien eres para que llegue esto que tu deseas.

Yo dije a claro, pero sí se lo que quiero alguien que sea bla, bla, bla… y luego sus palabras regresaron… y cuantas de estas cosas me las doy yo.

Entonces me puse seria, a chambear, por que ya una vez me sirvieron y no tenía lista la charola, terminé derramando todo en el suelo. Yo merezco tener espacio para recibir, merezco elegir que deseo y lo haré sólo desde la vibración que yo emita.

También comprendí que era una falla general en mi sistema. Toda yo, no sabía recibir, no confiaba, no sabía que quería, la duda estaba instalada en todo, había vergüenza, culpa y una exigencia combinada con perfeccionismo. Yo misma las había alimentado. Afortunadamente, ya estaba suficientemente despierta para aceptar la lección, para escuchar la señal.

Y aunque sí quiero esa relación, también tengo que aceptar que al caerse las ilusiones, definitivamente dejó de ser primordial, llegará cuando ambos estemos listos. Simplemente se acabó la prisa, quiero que él viva su camino y yo el mío; el universo hará el resto.

Hay tantas áreas de nuestra vida que se ven secuestradas por la carrera profesional, las relaciones amorosas y las noticias de la TV. Es una delicia descubrirlas sin el tiempo encima, sin tener que apresurarme.

Hoy no solo comprendo, vivo eso que me dijeron. Todo vino de conectar con el amor qué hay en mi, aprender a conectar con la seguridad que me da ser hija de Dios, conectar con mis guías y todo este sistema de apoyo qué hay para cada uno de nosotros, de saberme importante y amada por mi creador, de ver sus regalos diarios.

Que fuerte no. En verdad, escondieron dentro de nosotros todo aquello que necesitamos y seguimos inventando pretexto, tras pretexto para no verlo.

A mi ya se me acabaron, a partir de ahora hablaré de lo que sí veo; por que si bien es importante ver nuestro pasado y demás, es igual de importante sembrar hoy.

¡Bendiciones!

Daniela Flores

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