Sin principio, ni final,
aparentas tener necesidad,
algunas veces te quedas más de lo que quisiera
otras te vas sin poderte apreciar.
Mi reflejo en el espejo
me dice que existes,
pasas en verdad.
¿En verdad?
Y por que al cerrar los ojos
aún siento el abrazo de mamá
que sabía a leche,
las risas con mi compañero de juegos
que hacían sentir la panza explotar,
la mirada de mi pa cuando me veía jugar.
Y es que el tiempo pasa,
se adelanta, se atora, se espera,
es benévolo en nuestro andar
desdoblándose al ritmo que podemos asimilar,
encuentra y desencuentra,
para llevarnos a su correcto lugar.
Mi vida en algunos dobleces
luce como una obra de papiroflexia
inconclusa, sin sentido,
es ahí donde recuerdo el paso lento del tiempo,
que me baña de confianza,
me pide paciencia
y me da claridad.
Así, he descubierto que el tiempo no es lineal,
me es imposible seguir pensando en minutos caducados,
cuando veo como se contrae y desdobla,
con la misma precisión que un reloj suizo,
para orquestar la vida que se me ha regalado.
Daniela Flores
👏👏
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