Sentada al centro de tu pecho
puedo contemplar los campos de flores
desde mi balcón
el café de la mañana
la sal, de tus mareas altas
tus atardeceres los amo con devoción
tus noches sin estrellas
encienden mi corazón
me convierto en fuego
un poco de calor
para tus fríos inviernos
Daniela Flores