Este año nos tocó celebrar de forma diferente todo, cumpleaños, fechas importantes, logros, despedidas. Lo entiendo, yo también lo viví; pero si me pongo al centro y real conmigo, hay una des alineación con volver al 2020 culpable. Se siente a que me subí a la ola del humor del 2020, cuando realmente me estoy dando cuenta que puedo bajarme.

Entonces descubro que sí, las cosas cambiaron bruscamente y revolvió todo pero de reojo alcanzo a ver expansión. Me dice no te subas a la ola, tampoco la ignores, pero no des por recorrido ese camino desconocido que se te abrió; si lo viste es para ti.

Y este es el tono con el que inició mi diciembre, el tono de la imagen, de un anhelo de celebrar la vida, agradecer lo que se movió, lo que se fue y aquí viene lo más bonito lo que me hizo pedir, desear, girarme y darme cuenta que merezco. Un anhelo, por activar mi derecho a pedir cosas lindas, inimaginables, grandiosas y bellas para mi y por lo tanto para este mundo. Recuerda que eres un canal por el que el todo se expresa.

Deseo que estas fiestas te traigan un regalo de alma, no le pongamos tamaño ni importancia esas son medidas humanas. Tal vez, una actualización, una despertar, una idea que se abra, una sanación, un perdón, un mensaje. Algo lindo, que te ayude a darle el toque a este 2020.

Mis mejores deseos siempre y gracias por leerme, ese es un gran regalo para mi que tengo la fortuna de recibir todo el año. Agradezco por este medio todas los likes, comentarios, visitas, cualquier tiempo dedicado a mis letras es un alimento a una hoguera que crece cada día.

Daniela Flores

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