Era más que la mirada, era el alma.
Era más que el mensaje, eran las palabras.
Era más que estar, era ser.
Era más que la presencia, es la esencia.
Esa que se quedó, que te quedaste y que ya no es nuestra.
Esa que ya tiene una vida propia, que no depende de ti ni de mí.
Esa que dejó su estela y aún siento su calor.
Esa que nos sano, nos esta sanando y nos sanará.
Esa que nos libera, por lo menos hasta la próxima vez.
Daniela Flores
13 oct 2013