El vino del encuentro
nos ha puesto de frente,
ya no somos los mismos,
que diferentes nos han dejado
las batallas del camino.
·
También es cierto
que me es refrescante,
una bocanada de vida,
seguir encontrando,
ahí en medio de todo,
tu mirada cómplice de la mía.
·
Con el alma desnuda,
rectificamos las narrativas
de nuestros yos pasados.
·
Cansados de correr
en dirección contraria,
abandonamos los limbos
creados de asunciones
sin fundamentos.
·
Las diluimos en el fuego de lo eterno,
ahí donde la verdad se forja
y el amor como el fénix,
siempre renace.
Daniela Flores