En un mundo donde se fomenta, aplaude y gratifica la especialización, el ser cada vez más expertos en una sola cosa; es de locos seguir tu creatividad, tu instinto, explorar otras áreas de aplicación y algunas veces hasta tener un hobbie.
Es como cuando acabas de leer un libro, por unos días piensas como el personaje o como el narrador de la historia.
Sólo te pido que pienses en esto: ¿Cómo queremos una sociedad flexible, sin racismos, diferencias sociales, abierta al cambio cuándo la especialización es premiada?, ¿cómo cuando se ha convertido en nuestra forma de vida, de sustento y de supuesto éxito?.
A lo que voy, es que no podemos educar al cerebro para hacer algo todo el día por el resto de nuestros días y esperar que sea flexible ante otras cosas, no cuando la mayor parte del tiempo se le educa para enfocarse y seguir ciertos procedimientos, conocimientos y formas de acción.
Simplemente observa tu mente, que tan recurrente eres para dar clic a publicaciones que lucen igual, escuchar el mismo tipo de música, comer los mismos sabores, cocinar con las mismas especies.
“Alimenta tus talentos son varios y florecen a lo largo de toda tu vida”
Osho menciona esta frase en su libro Creatividad: “El experto, el erudito, el intelectual, no tienen una visión propia. Depende del conocimiento prestado, de la tradición, de la convención.” Continúa: “Y como la vida no es la misma, nunca -está constantemente cambiando, es nueva momento a momento- el experto siempre se queda atrás, su respuesta es siempre inadecuada”.
La vida nos requiere flexibilidad, cambio, fluir con su propio ritmo, leer lo que sucede hoy no como hemos respondido en el pasado. Está llena de polaridades, de aspectos diferentes, sabores, climas y aún así, elegimos parecer todos igual, imitar a los grandes que llegaron ahí por elegir su propio camino.
Daniela Flores