Esperanza,
aprisionada entre la enredadera
de la desconfianza,
la veo asfixiarse,
no hago nada.
·
¿Cómo hacerlo?,
si todo está perdido,
si lo construido ha caído.
·
Desconfianza,
me mostraste mi peor parte,
callaste la voz de mi confianza ,
me dijiste que me había abandonado
y que por eso llegaste.
·
Tus espinas se clavan,
intento ocultarlas,
me apena mostrarte,
eres amarga
a diferencia del refrescante
sabor de la confianza.
·
Estoy cansada de tu constante interrogante,
tu amargor me hastía,
recuerdo el sabor de la confianza;
el inicio de una sonrisa se marca.
·
La llamo en un grito ahogado,
en lo callado la llamo,
en lo oculto la llamo,
detrás de la vergüenza la llamo.
·
Esperanza también sonríe,
sabe que la lucha ha terminado.
Daniela Flores