El Jilguero

El jilguero que vivía

en cautiverio

al lado izquierdo

de mi pecho,

quedó en libertad

cuando soltaste

ese te amo

en el susurro

de lo privado.

No pudo evitarlo,

lo salvaje en él

lo obligó a salir

en búsqueda

de vientos lejanos

fuera de la comodidad

de su jaula.

Quería alas perfumadas

por flores multicolores,

alimento sabor lluvia,

noches de estrellas.

Se descubrió amante

del viento bajo sus alas,

es ahora un jilguero

que no para de interpretar

canciones de libertad.

Así es el amor,

sustancia mágica

de ríos continuos

que fluyen en mi,

en el jilguero

y en el dador de te amos.

Daniela Flores

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