Las mariposas negras

vivían en el compartimento izquierdo de mi pecho

se alimentaban de la melancolía del recuerdo.

Cuando la luz entró hicieron un revuelo,

fue tan fuerte

que comenzaron a agitar sus alas

el polvo negro del olvido

voló por todo el cuarto

sus alas quedaron al descubierto,

eran verdes esmeralda,

la luz las atravesaba

creando figuras que embelesaban.

Desvestidas de apegos y deberes,

con la libertad que les daban

sus nuevas alas despolvadas

fueron saliendo del

compartimento izquierdo de mi pecho,

ahí donde vivía el amor,

el viejo aliado que anidaba mariposas esmeraldas

con la paciencia de lo eterno,

sin fechas,

sin minutos,

sin distancias.

Todos los días vuelan mariposas verdes esmeralda,

salen del compartimento izquierdo de mi pecho,

se posan sobre mis palabras,

en el café de la mañana

y en los recuerdos ya desempolvados de mi infancia.

En mis sueños

cuando tus ojos me visitan son verdes,

o tal vez sólo reflejan

a las mariposas verdes esmeralda

que se multiplican cuando apareces

en el compartimento izquierdo de mi pecho.

Daniela Flores