La fuerza del amor

Sacar de mi o hacer las pases con la sensación de separación no ha sido fácil. Había vivido tanto tiempo desde ahí que ahora me está costando regresar a la verdad, mi verdad. Lo más delicioso es el regreso a casa, es ir reconociendo, las fachadas que te parecían conocidas, las anécdotas de donde comías y ese sabor dulce del hogar, de lo amado. Esta sensación, esta consciencia de decidir regresar no la cambio por nada, tal vez por eso elegí separarme para regresar y saber que todo está intacto y que puedo tomar el camino con sólo decir sí.

Yo creo que esta fuerza llamada amor, realmente es sabia. Y en su infinita sabiduría nos da la libertad y responsabilidad de elegir como queremos vivir. Se nos confía una vida entera, la tuya, la primordial la única sobre la que tienes el poder de decisión.

Este concepto vuelve loca a nuestra mente, la que cree en la separación simplemente es demasiado para ella hacerse completamente responsable de tanto. Es ahí donde entra la necesidad de recargarnos en el otro y nos apegamos. Mezclamos nuestras necesidades, deseos y hueco emocionales. Corremos unos a otros en el afán de volver a la felicidad, sin siquiera voltear a ver que es lo qué pasa en nosotros.

Era la ambulancia andante, apenas veía alguien que necesitara mi atención y corría. No soportaba ver lo que había dentro de mi y a decir verdad tampoco del otro. No es que fuera feo, es que es demasiado bello.

Eso es lo más fuerte, no soportamos reconocer que somos más bellos, más enteros, más sabíos de lo que hemos aceptado. Estoy segura porque lo veo en los niños, en mi sobrino, en el niño del semáforo que apenas puede se pone a jugar, suelta una carcajada y disfruta su día. Obsérvalos, no en fotos donde se quiere transmitir sólo su situación de calle, algo que definitivamente tenemos que cambiar, si no en la vida real, cuando te enfrentes a la tristeza, al conflicto, a una situación que debería ser de cierta forma; pon pausa a tu reacción automática y vívela, vas a descubrir que puedes fluir inclusive en el caos. Es como si todo se pusiera en cámara lenta, para mi el poder de la atención ha sido todo un descubrimiento.

Y es que el amor te regala una nueva perspectiva, ¿te dice es cierto? Te hace dudar y entonces viene la grieta, se cuela poco a poco y comprendes que si eso fuera tan cierto, tan verdadero no necesitarías tantas murallas. Es ahí donde comprendes, conoces o recuerdas lo divino y te das cuenta que ese pozo interno, ese verdadero yo, el único que existe, es divino.

Empiezas a escuchar su murmullo, va ganando fuerza y te ves cuestionando todo lo que parecía inamovible. Pues si algo te enseña ir dentro de ti, es que estás vivo, estás en continuo movimiento y por lo tanto todo lo que te rodea también.

Así que Cuestioante. ¿Estás amando? ¿Estas apegado? ¿Tienes miedo? ¿Perseguiste una expectativa y no te gusto a donde llegaste? ¿Tienes ansiedad por que no sabes que va a pasar?

Bueno, tú eres divino, hay amor y verdadera sabiduría en ti. Me refiero a esa voz que mueve y en la que todos somos uno. Cuando yo leía esto lo sentía real, más mi mente no lo comprendía. He aprendido a callar mi mente, la he alimentado de momentos de soledad, de paz, de reconciliación, de amor, de apreciación, de luz, le he hecho espacio para que se estrese, para que esté ansiosa, triste, negativa y demás. He descubierto que este ser sabe muy bien como dejarla expresarse, puedo observarme viviendo estos estados y soy yo, sin la culpa que antes me perseguía o sin la vergüenza para querer ocultarlos; los vivo con paciencia, compasión y algunas veces simplemente no fluyen. Entonces me enfermo, me pongo más de malas y al final llego al mismo lugar.

Creo que la lección está ahí, ya no necesito contrariarme, lastimarme, si me dejo fluir es suficiente. Es como ir en un túnel, donde el tiempo se hace lento y en el que observas la obscuridad, los tonos de negro, las motas de luz y también puedes ver la perfección de la construcción. No te quieres apresurar a querer salir, sabes que se está moviendo, no quieres quedarte ahí. Sólo necesitas apreciar esa perfección, entonces viene la alegría, ¿como puede haber tanta belleza, profundidad, tanto que aprender de algo que antes parecía tan amenazante, tan desagradable, tan plano y sin profundidad?

Justo esto es el poder del amor, te sostiene, te da esa sabiduría para atravesar esos túneles y descubrir que eres una existencia existiendo en un mundo que también se renueva a diario. Permítete crear un espacio de duda en ti. Tal vez descubras otras partes de universo, las compartas y se vuelvan parte de la creencia colectiva.

Definitivamente he sido paciente, una cualidad adquirida, con constancia, compasión y muchas horas de meditación, atención. Es un regalo que se nos da experimentar la paciencia en un cuerpo que es mortal, en una existencia que vive el paso del tiempo, sobre todo en esta época que todo va rápido. Vívela.

Venimos a esta vida a aprender, tú, es decir tu ser, que son lo mismo aunque tú creas que están separados o que ni creas en el, sabe a que reencarnaste, sabe que querías vivir y aprender. Es justo por eso que es inútil juzgar al otro, pues no sabemos que vino a aprender lo que si nos deja es el reflejo que nos da para saber que venimos a aprender nosotros.

Y vaya que esto es complicado, es agridulce. Uno aprende y se resiste al mismo tiempo. El que aprende es tu ser, es quien eres pues reconoce la lección que necesita ver, tan sencillo como eso. El que se resiste es tu aprendizaje, el que nos conecta con la creencia colectiva. Somos las dos cosas, sin embargo a una podemos renunciar y a la otra no. A tu ser no hay forma que renuncies, que te separes, que lo lastimes. La creencia colectiva, es nuestra creación como humanidad, todo el rango de existencias son alimentadas por nosotros. Así que esa parte que se resiste, se amorosa con ella, deja que se rompa poco a poco, que se rasgue, que se cuestione y encontrará que ya no es necesaria, que puede cambiar.

Una vez que decides decir si. Ya no te va a gustar lo mismo, las satisfacciones inmediatas perderán el valor, puede que lo aceptes muy bien o te resistas, que tus ideas 💡 políticas-religiosas- existenciales y más cambien al igual que tus relaciones. ¡Hazlo! vale la pena. Es un regalo continuo que se nos da y compartirlo con los demás es maximizarlo. Como cuando ganabas la estrella en Mario Bros y los honguitos no te hacían nada, ¿o era la tortuga verde?.

Que este post sea un momento de reflexión, que te sirva de espejo, de reflexión, de trampolín, de duda. Para decidir lo que es mejor para ti, créeme solo de ahí podrás darle lo más real de ti a los que amas.

¡Bendiciones!

Daniela Flores

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