Si algo vine a aprender a esta vida son los contrastes, se revelan ante mi una y otra vez; difíciles y complicados para una mente que vivía en lo absoluto, en lo totalitario, en las etiquetas, en el bien y corría del mal ( bueno lo intentaba, ¡ahora entiendo tanto cansancio!).
En cuanto dices va, el universo se organiza para darte la estructura que necesitas; a mi me lo regaló a través de la pintura pues es que para crear una buena luz se necesita una buena sombra y viceversa; he encontrado la necesidad de poner negro donde aparentemente sólo hay colores vivos o pasteles y viceversa.
Ayer me encontré un pensamiento del año pasado, resulta que ya estaba resuelta a hacer las pases con mi sobra o por lo menos ya estábamos en pláticas para integrarnos y dejar de separarnos; pues reconocimos que al final somos una.
Escribí esto el año pasado 19 de febrero de 2017.
Hay veces que pienso que partes mías aun no sanan, que parte mía sigue en el pasado, que no he perdonado… todo es por qué quiero un mejor futuro para mí… hay tantas cosas que aún no hago y quiero vivir, aprender, experimentar, compartir, reír y tanto amor para dar!
Hoy me pasó algo rarísimo, por un segundo fui consciente de lo bien que se siente mi vida no fue excitante, no salieron chispas ni me lloraron los ojos, solo sentí un profundo agradecimiento por la vida que estoy viviendo en ese momento y ahí no faltaba nada, era exacto así como pasó; lo más raro es que no estaba haciendo algo súper especial ni nada, andaba haciendo la despensa.
Así me doy cuenta que tal vez en algunas cosas estoy aferrada al pasado, otras ansiosa por el futuro, en otras temerosa de perder el control; sin embargo sé que la vida es exacta en todo, así que cuando sea el momento de dejar cada una de las anteriores lo haré.
Llega un momento de tu vida en el que sabes que todo cambia, no siempre es como parece o tú crees, aprendes la lección cuando estás listo (tal vez necesitas algunas lecciones antes), me parece tan importante tenerlo presente y te quita un peso enorme de los hombros.
Haces las pases con tu lado negro, con tu ira, con tu enojo, con tu envidia, con tu lado cínico, con tu lado frío, ese lado cruel, con ese que cree que los demás están mal, con ese que busca lastimar para sentirse mejor, es horrible darte cuenta que en cierto nivel tal vez bien guardados pero los tienes, es tan liberador reconocerlos y saberte un ser humano, como todos los demás.
Si nos liberáramos y nos diéramos cuenta que todos todos todos lidiamos en alguna parte de nuestra vida o a cierto nivel con sombras, luces, anhelos, sueños, deseos y demás seriamos libres para relacionarnos sin tanta chunche en medio.
Me parece que llegaremos a eso, en algún momento como humanidad, estoy segura, ojalá nos evitáramos la parte de destruirnos para rescatarnos después.
Daniela Flores
[…] me avergonzaba sentirla, ¿como era posible que siendo buena persona sintiera eso? bueno porque soy luz y sombra y todo el abanico de emociones, reacciones, ideas, oportunidades vive en […]
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