Deja de controlar la lluvia

La otra vez tuve una comprensión bastante clara, estaba en mi jardín y una planta no crecía. Me vi ahí de cuclillas junto al huequito donde había sembrado a la semilla, el universo me decía déjame regarla y yo me negaba. Se me hacia injusto que la regara por mi, yo tenía que hacerlo.

No era falta de confianza, más bien mi idea de que yo tenía que hacerlo, para que fuera mi planta de otra manera sería otra cosa regalada (como si la fuerza de vida, el respiro, el sol, el amor no lo fueran ya). Pero así pasa con las creencias estancadas, parecen cocerse aparte y en tierras con leyes aparte.

Entonces lo comprendí, la única agua que puede hacer crecer esa semilla es la del universo. Yo quería mover la tierra, poner la semilla, hacer llover, decidir si esa planta crecía o no, enfrentarme sola a los bichos. Y dejaba fuera al papel natural que tiene la vida en nuestras semillas, su sabiduría y la Mía también.

Es ego, claro. En mi creencia vieja, sí, esto fue un vestigio; era que esa semilla creciera por mi y solo por mi significaba que era una mujer fregona, independiente, exitosa, que podía sola.

Pero la vida me ha querido enseñar que así no es, al menos no para mi porque sé que tiene planes más amplios y necesitaré trabajar hombro a hombro con el universo. Antes me aterraba, me hacía sentir invitada a mi vida ahora me siento al centro.

Al final, permití que esa semilla fuera regada y la satisfacción del agua corriendo por la tierra, de por fin permitirlo fue liberadora, expansiva, enriquecedora.

Lo más fuerte es esto, yo ya sé que así funciona el universo en otras semillas lo permito mi creencia no lo impedía en ellas, pero en esta sección no podía, es un tema que tengo años sanando hasta que paso esto y permití un poco más. Ya no solo lo sé, lo pude permitir.

El camino de la sanacion, de regresar a ti, no es recto, ni uniforme, ni en bloque. Es expansión continua y es riquísimo descubrir que lo que antes era un límite hoy es un comienzo; un poco me da esperanza que mi vida esté llena de límites por explorar con nuevos comienzos por disfrutar.

Espero que tu campo sea fértil, que tú siembra sea divertida y tú cosecha dadivosa.

Daniela Flores

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