El Pedestal

Me pusiste en un pedestal, donde me puedes admirar en la distancia; me gusta y también me asusta, perderme entre tus sueños y que me vistas de imposible.

Es fácil brillar cuando es la ilusión quién te mira, dejar pasar las espinas, las cicatrices, las dudas, las heridas; no pienso esconderlas tampoco pienso huir de las tuyas.

Temo vivir para siempre en este pedestal, que parece llenarse de escalones e imposibles con el paso del tiempo.

Anhelo mostrarte todo lo que soy, la luz que resplandece bajo mis pestañas, al igual que mis partes necias y las historias que se tejen en mis entrañas.

Cambiaría este pedestal en un segundo por sentirme entre tus brazos, mas ya fuimos estrella fugaz y aventurero.

Ahora deseo ser flor, echar raíz, sin pedestal, sin brillo fugaz; darme el tiempo de adentrarme en tus historias, recorrer tus caminos y tomarnos de la mano cuando las sombras aparezcan.

Deseo volver a caminar sobre la misma tierra, mirar el mismo cielo y reírnos en el mismo aliento; un par de iguales que han tomado sus sombras y eligieron encontrarse.

Daniela Flores

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