Te postras ante mi,
con un corazón abierto;
un guerrero que ha ganado su batalla.
Tu rostro cansado,
aún sonríe en tu mirada
con destellos avellanas.
Yo sólo tengo flores salvajes
y ríos dorados sabor miel,
me pregunto si podrán sanar
las heridas de tu batalla.
Prometo ser gentil
con la armadura que aún cargas,
me ofreces ser gentil
con las partes que aún cargo;
esas que se quitan
sólo a cuatro manos.
Hay tantas aventuras camino arriba,
ahí donde sigue el río,
donde las flores salvajes
soportan vientos de cambio.
Se tiene que ir más ligero,
más entero,
más vivo.
¿Te interesa amor mío?