No tomes en vano
los deseos de tu corazón,
pues es el punto
donde inicia la materialización,
fue tu punto de comienzo
inclusive antes que la razón.
·
Es el primero que responde ante tus miedos,
desde donde nacen tus deseos
y marca el pulso de tu existir.
·
Hemos hecho del corazón un bruto romántico,
un loco que se acelera
ante un ideal de belleza,
que se vende ante palabras bellas.
·
En ese proceso
le hemos desvestido de su poder,
olvidando que es el control de mando de tu ser.
·
Le robamos su sabiduría,
al creer que es empalagoso o tonto,
sin comprender
que es el motor que mueve al mundo;
el mismo que alimenta los pastizales,
las cosechas,
el ritmo de la tierra
y nos permite ver salir el sol.
·
Y es que es ahí,
en ese centro de poder,
dónde se unen la materia y el espíritu,
a cada segundo,
a cada latido.
·
Esa es la magia de tu corazón,
una que haz olvidado como leer,
que te aterra con sus susurros constantes
y con aquello que te obliga a hacer,
inclusive pasar por encima,
de la tan apreciada estima que tienes
sobre la imagen de quién crees ser.
Daniela Flores