Te has construido
a través de cada caída,
aún cuando el sol se escondía
y el viento callaba;
encontraste la valentía
escondida bajo tus alas.
Nada es permanente
en el río del tiempo,
con sus propias maneras
de mover las piedras,
crea nuevas corrientes
y da vida a nuevas semillas.
Haz uso de tu valentía,
cuando el miedo muerda,
aún empolvada,
hay fuego en su mirada;
recuerda que compasión
es quién le acompaña.
Hay más vida detrás de las murallas,
una que parece peligrosa,
pero un corazón salvaje
como el tuyo,
no puede vivir
en una ciudad amurallada,
ni bajo mil cerrojos.
La vida seguirá tocando la puerta
queriendo derrumbar tus murallas,
avivando el fuego,
llamando a los deseos de tu alma.
No te rindas,
la vida te ofrece un nuevo comienzo
bajo el aspecto
de una torre derrumbada;
deja que el viento
remueva los escombros,
que se hundan en las profundidades
del mar de lo vivido.
Abre la puerta a la vida que es tuya,
sigue el río de tus deseos
pues es tuyo,
porque lo has querido
y porque yo te quiero.
Daniela Flores
Alusión al poema “No te rindas” de autor anónimo, aunque se le atribuye a Mario Benedetti.