Lo más fuerte es notar que tanto dolor es causado por negarnos a rechazar una herencia aprendida, una tan arraigada al funcionamiento de la vida que parece legítima.
Duele aceptar que ya no funciona, que ha caducado, que ya no alimenta vida; por el contrario la envenena, separándonos.
El amor te espera con historias nuevas, llenas de vida, solo te pide que tomes la pluma y escuches aquello que te susurra.
Daniela Flores