Nuestro sistema económico es demasiado rígido y es el que tiene que cambiar, no es posible que sigamos doblándonos, rompiéndonos para hacerlo funcionar. Fue creado por nosotros, es alimentado por nosotros y así lo podemos cambiar.
La otra vez en una meditación vi la energía contenida en los bancos e instituciones regresando a cada uno de los que la hemos depositado ahí. Las personas que las dirigen solo son servidores de esa energía, de la que tu y yo damos. Ellos también han entregado sus energías a eso.
Sinceramente, no tengo ni la más mínima idea de como se hará ese cambio, pero sé que el dinero como lo conocemos tendrá que cambiar, tal vez más pronto de lo que creemos.
Estos días se ven delfines en Venecia, gente cantando en los balcones, profesionales, investigadores y demás entregando sus días y noches. Hay unidad que no nació de la noche a la mañana, esa que siempre ha existido pero cuando se cae la tela de la desconfianza, la ilusión de rápido, de vida acelerada, la podemos disfrutar.
Encontré un grupo de personas que desarrollaron los planos para un respirador más económico que se puede imprimir en 3D, lo que ayudaría a más personas a tener respiración asistida a un precio más económico.
Y pienso, claro el ser humano está hecho para esto. Pero para eso debemos parar la máquina a la que todos estamos inscritos y creo que el motor que es el sistema económico, lleva tantos años funcionado así tal vez es hora que tenga una renovación, algo más orgánico y natural. Se siente como un cemento en medio de plasma que cambia, así se siente. Quisiera poder explicarlo mejor.
Estamos llamados al balance. Y el amor todo lo puede, si no solo basta que veas lo que sucede en el mundo el día de hoy.
Dicen las noticias que los delfines regresaron por el coronavirus, que nosotros somos el virus. Y es lo más tonto, con una gran disculpa por el adjetivo. El virus no es tu existencia, es el juego que hemos decidido sostener por flojera, falta de tiempo (que ahora tenemos), por miedo, comodidad a lo incómodo o por que ni siquiera conocemos nuestro poder.
Y si están ahí para elevar el ánimo, la vibración del lugar, si son portadores de nuevas energías, regresaron por que sólo en medio de la quietud, de la busca de consuelo las personas podemos verlos.
Es que no nos damos cuenta, en la ilusión de la vida acelerada, del hacer para tener, para sentirme seguro, para poder hacer para poder tener para poder sentirme seguro olvidamos que ya estamos seguros, que los recursos ya están ahí desde siempre. Pero el pero es grande, sí, y no estamos solos.
Hay más de lo que no se ve rodéandonos, siempre en todo momento. Somos energía y este cambio es necesario, necesitamos sabernos amados, protegidos, sostenidos, libres, creativos, alegres, sanos, en balance, importantes, vistos.
Y como humanidad somos uno, lo que no nos sirva se va a ir. Si estás vivo estás dotado para hacerlo, en la etapa o lugar del mundo que sea que te encuentres.
Eres agente de cambio, en el espacio de tu ser. Créeme eres de suma importancia, no para alguien o para algo; te pido amplíes tu pensar. Eres importante para el rumbo de un mundo entero.
Escrito 21 marzo 2020.
Pd. No me había atrevido a compartirlo, ¡aquí va!
Daniela Flores