Rebelde ante la vida que conocía,
inexperta a la vida a la que iba,
no había marcha atrás
tampoco camino andado,
me encontraba en el punto
donde no hay vuelta atrás,
donde la vida inicia,
donde todo es posible,
donde no se sabe,
donde el corazón late
ante toda posibilidad,
en el comienzo
donde todo se siente
aún cuando nada es.
Ya había muerto a esa vida
para como un recién nacido
ir nueva y sin experiencia
a esta nueva realidad.
Ahí en el río de la vida
me encontré contemplando
la fuerza que mi nuevo deseo tenía,
arrastrando todo aquello
que ya no vivía de la raíz,
así como el viento
hace con las hojas amarillas
que en forma de ríos
decoran mis caminos.
La vida,
continuo tejido de comienzos
y finales que se tejen
interminablemente
hacia el infinito de la existencia.
Daniela Flores
👏👏👏👏
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