En el jardín escondido,
donde el pecho
se engrandece
con el primer rayo de sol
de la mañana encontré
todas las posibilidades
antes ocultas para mi,
las vi claramente
cuando dijiste hasta luego,
en el borde del precipicio
de lo que era
nuestro tu y yo.
Ahí estaba
el valor debajo mis alas,
me han mostrado
lugares desconocidos
con árboles de confianza,
vientos de valentía
y agua que sabe a compasión.
Vuelas conmigo
en un mundo paralelo,
aparentemente separados
por una de cortina ilusoria
llamada realidad.
Es tras esa cortina
donde las posibilidades
infinitas florecen,
la coherencia se distrae,
el tiempo hace papiroflexia,
tomo tu mano
como un domingo cualquiera
en búsqueda de velas
que alumbren las comidas
que se convierten en cenas
cargadas de poesía
sin palabras
que termina con el te amo
que no podemos ocultar.
Ahí en el lugar de las posibilidades
habitamos tu y yo,
en mundos paralelos
que se unen
sin poderlo evitar,
en el baile de la vida
que decidimos aceptar.
Daniela Flores