Nunca subestimes el poder de hablarte bonito.
Tu voz interna es la primera que escuchas al despertar, te acompaña todo el día.
Perdónate bonito, poco a poco, toma el tiempo que necesites para sanar cada aspecto, cada relación, cada recuerdo. Es importante, tu lo mereces. Mereces sentirte en paz en tu día a día.
Háblate bonito, hazte una lista de las cosas que te gustan de ti. No las que te han dicho, si no las que sabes que te gustan, ahora con el new age, está permitido echarse flores sin la arrogancia con la que antes éramos juzgados.
Háblate bonito, háblate sobre lo que quieres hacer. Hay sueños que aún están ahí latentes como botones en un rosal, listos para abrirse de un momento al otro.
Toma un minuto antes de dormir, pon tu mano en el corazón y háblate bonito, como si fueras tu mejor amigo, tu amante, tu hijo, tu esposo, tu madre, tu padre… tu decide.
Se agradable contigo, sopórtate en tus planes, en tus caídas, en tus dolores.
El amor, es una energía que trabaja poco a poco. Comienza por las raíces y nos va fortaleciendo. Es tan paciente, tan suave, tan poco invasivo. Se va metiendo, va inundando,va tomando espacio y cuando uno ve ya está en ti.
Creo que siempre estuvo ahí, sólo retomó su lugar, y hablarme bonito fue el sí que esperaba.
Le damos una gran importancia a lo que se ve, a lo que llamamos realidad, aún cuando vivimos una gran parte del día en algo que no es real, que es nuestro pensar. No es tangible, no es visible y lo que tu piensas para mi ni existe.
Así de fuerte es. Lo qué pasa en tu mente no es la realidad de todos, lo siento pero es verdad que tu lo vivas así e interpretes que los demás lo viven así, no significa que los demás vivan así.
Salte de tu pensar, de tu idea fija de que la vida es un cajón. No lo es, es energía en constante movimiento. Es por eso qué hay espacio para que aprendas a hablarte bonito, se paciente. Todo lo que tiene raíces fuertes lleva tiempo, sí vivimos en una realidad material donde las cosas llevan tiempo, sin embargo no te amarres a él. Tiene su razón de ser, déjalo que actúe, no te interpongas en sus tareas.
Háblate bonito, invítate a un terreno que crees que no es para ti.
Yo estuve a dieta con nutrióloga y todo por 2 años, por que veía en mis meditaciones partes de mi cuerpo negro, mi estómago y supe que necesitaba poner atención a mi alimentación. Así que encontré a la guía que necesitaba, me apliqué bastante y bajé de peso, mi sistema digestivo se niveló, comencé a dormir mejor, a saber que le caía bien a mi cuerpo y que no. El año pasado, en un mini auto retiro que hice, me fui a la playa sola a estar con mi pensar, conmigo y con la playa. Wow! Me di cuenta que mi relación con la comida estaba súper condicionada, me estaba dando amor a través de ella. Fue fuerte, lloré y me perdoné. Desde ese momento me tomé, me dije está bien nena vamos a arreglarlo. Y me funcionó, por que aún sin dieta, sin nutrióloga me siento muy bien. Con energía, desinflamada y duermo mayormente bien.
¿Que cambió? Me escuché, me tomé y comprendí que yo tenía que darme lo que le estaba colgando a la comida o a una pareja. Ves, cambié mi realidad “es que me encanta comer” y me liberé.
Y sí me encanta comer, pero sé que amarme es el primer alimento del día, permitirme ver todas las cosas hermosas que sucede a mi alrededor en el tiempo exacto. Reconocer éste universo que se desdobla para mi.
Ahora cuando viene la ansiedad, sí el cuerpo tarda tiempo en sacar las energías que vivieron en nosotros tanto tiempo; sigue produciendo los químicos y la mejor forma de contrarrestarlos es con amor. Me hago consciente que estoy sufriendo ansiedad y me doy aquello que necesito, la chuchería o lo que sea. Ya no me hace daño, no me ataco, generalmente a la mitad de la porción ya fue suficiente; la mayoría de las veces.
Me hablé bonito, hice mi lista sobre lo que sí es la comida como me quiero sentir respecto a ella.
La mejor dieta que he hecho es amarme y después comer.
Háblate bonito, acompáñate en tu proceso, perdónate, se paciente, ábrete a hacer ajustes, evoluciona con tu deseo.
Daniela Flores