La vida es un continuo nacimiento,

nuevas pecas nacen en mi cara

y mi piel retoma su tono dorado

después de postrarme ante el señor sol.

El mar baña mis dedos,

la sensación es diferente cada vez,

algunas veces quita otras me da,

susurra una invitación continua a abrazarlo a sumergirme en él.

¿Qué secretos tendrá que contarme?.

Serán los mismos que el par de aves verdes limón

que robaron mi atención el otro día,

se escaparon del centro de la tierra para venir a visitarme,

me invitaron a la vida,

me dijeron vuela,

muestra tus colores.

¡Estás viva!

¿Pero como puedo ser de agua y de viento al mismo tiempo?

Eres fuego y tierra también

me dice la voz de mi vientre.

Mientras las raíces que nacen de mis pies

al centro de la tierra, se hacen más fuertes,

pasan por la lava

formada por los restos de mis antepasados,

se encuentran con un pozo de agua fresca

y el viento de la renovación.

Entrega todo lo que no necesitas

al fuego de lo nuevo,

permite que el viento

se lleve las cenizas de las dudas,

el agua alimente tu vientre

para que lo nuevo pueda nacer,

descansa en esta tierra que es tuya,

haz de ella tu hogar.

Daniela Flores