La aridez del la arena te brinda la esperanza de un oasis, uno que en medio de aguas cristalinas pasaría inadvertido; ahí la aridez se vuelve oasis.
La destreza que se adquiere a través del contraste no es un regalo, no es un premio de consolación es el fruto de rosarte contra la vida, de abrirte a ella, es el resultado de vivir la vida con el corazón abierto.
Daniela Flores