Estaba viendo una peli, me puse a pensar que es bonito gustarte, aunque gustes a pocos, pero que lo que gusten seas tú.

¿Por qué, de que sirve gustar a varios si cuando te vas a dormir no te sientes cómodo con la persona que eres cuando cierras los ojos y es inevitable pasar unos minutos contigo.?

Ese es mi termómetro, ¿me siento feliz en ese momento, justo antes de quedarme dormida?

Si es así, aún en los días complicados, entonces voy a donde quiero. ¿Me quedo con los ojos abiertos huyendo de mi silencio? entonces hay que escucharme.

Creo que es de las etapas más bonitas de mi vida, esto de gustarme. No es físico, ni de cosas materiales, ni nada externo que les pueda compartir, es simplemente que acepté mi rareza. Esa milésima que me hace ser Daniela.

Esa de la que huí, está rareza que me hace ser intensa y simple, sentir profundo y poderme reír de lo más bobo, usar mi tiempo para meditar sobre la vida, aprender de temas pocos comunes y saberme el chisme que todos saben, cantar desafinada y hacer 20 min de caminadora porque ya no aguanto otros 3… no usar maquillaje por que debo o tacones en su caso aunque con mi pequeñez debería, pero son mis pies los que duelen.

Revelarte a los deberías de la vida que te colgaste, te hace extraña ante todo a ti misma, a la versión tuya que se esforzaba por cumplirlos que los apilaba como libros en la estantería.

Me encanta haberme rebelado ante mi propia rigidez, me encanta haber descubierto a esta parte mía intensa, apasionada, que ama completamente y sobre todo que se sabe dejar guiar, sanar, que es espiritual, que acepta lo místico de la vida, que tiene sueños y que cree en lo exacto de este universo, que se rinde ante el y renazco diferente con una nueva hojita algunas veces una nueva flor. Me he vuelto fan de la vida; aún cuando no siempre es bonita.

Sus partes rudas también han dolido pero me han transformado como lo hace la mariposa que se disuelve en su capullo para vivir con alas.

Tal vez, me llevo vidas llegar aquí a este entendimiento profundo del valor de amarte y tomarte primero antes de pedir ser tomada y amada.

A respetar y honrar mi proceso de crecer alas; en lugar de gritarlas. Hay fuerza en ello, si no te invito a que veas una mariposa posada en una flor, se aferran a ellas aún cuando el viento las mueve todas con sus patitas se pegan a ellas… son tan fuertes aparte de bonitas.

Ir por tus partes siempre va a valer la pena, recupérate siempre va a valer la pena, y sabes nada es perdido a menos que renuncies a tus alas.

Daniela Flores

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