Raro ¿no?, comparamos los momentos difíciles con los días nublados, con las tormentas y huracanes. Sin embargo, le hemos reservado el castigo final al calor del infierno.
Tal vez, esto genere algún tipo de confusión en nuestro inconsciente, llevándole a temer que vive en constante peligro.
Tal vez, deberíamos ponernos de acuerdo y por fin aceptar en eliminar el infierno y así poder disfrutar del sol del verano, sin pagar penitencia previa.
También sería bueno que los días nublados tuvieran una mejor reputación, son necesarios para tener alimento, para cubrir el cuerpo, tomar sopas calientes, encontrarnos con el fuego y abrazarnos por más tiempo.
Tal vez, así podríamos tener un poco de alivio, sin importar cómo vengan los días. Ya no tendríamos el conflicto que genera el mal augurio.
Daniela Flores
¿Por qué uno tiene las mejores ideas a media noche? No lo sé, he dejado de pelearme y solo me permito vivirlo.