Dejemos que el velo
que hoy nos hace extraños
se corrompa,
se desgarre,
así como la obscuridad de la mañana
con el primer rayo del sol.
Dejemos que el amor salga
como el corcho de la botella de champaña,
que se desborde en señal de celebración,
vaciemos las botellas
que ya cumplieron su tiempo de maceración.
Recuerda amor mío,
que la vida es hoy;
no dejemos la botella sin celebración.
A mitad de la noche,
al inicio del día
ahí estaremos tu y yo.
Daniela Flores