Mis caricias
se deslizan sobre tu cara,
como gotitas de lluvia
sobre el cristal de la ventana.
Tu rostro es más joven
cuando duermes,
mientras le das descanso
al conflicto entre tu mente
y lo que sientes.
Por inercia o tal vez, por que me notas
te volteas y me abrazas completa,
mis dedos aún juguetean
con el vello suave de tus cejas,
intentando disipar
los pensares que te acechan,
los que te quitan vida
y que otras veces de mi te alejan.
Siento que lo logro
cuando aún más me acercas;
cierro mis ojos mientras
el ritmo de mi corazón
se une al tuyo;
que por hoy le ha ganado
a la marea de tu cabeza.
Daniela Flores