Sin Agua, el Corazón No Late

Estuve ahí expectante,

paciente otras veces no tanto,

en guardia, pendiente, disponible.

Me hice buena buscando sinónimos

que me permitieran estar cerca de ti,

hambrienta bueno tal vez más sedienta.

Sin comida podemos vivir unos días,

pero sin agua,

sin agua el corazón no late.

Mi corazón nunca dejó de latir,

mi esperanza está en el tic tac que te llama,

en que lograrás indentificarlo en la noche silenciosa,

de entre el tumulto de tu día,

tal vez en tu propio tic tac.

En las noches obscuras de tu alma,

cuando parecías sentirte tan sólo,

ahí latió más fuerte.

Casi sentí como salía de mi pecho,

como quería correr al tuyo,

acurrucarse junto al tuyo,

hacer una fogata

y tocarse el alma.

Daniela Flores

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