“Mientras él esquivaba las tormentas,
ella le pintaba el cielo de estrellas”
Mientras me dormía la otra vez, se vino ésta imagen- reflexión.
Sin alguien que guíe se pierde el rumbo, sin estrellas no se sabe a donde ir.
En este mundo donde la mujer debe ser todo, se ha perdido la importancia de lo sutil y suave de la energía femenina. Ha pasado a perder protagonismo e importancia. Sin embargo, es ésta misma energía la que recibe, la que es alquimia y la que ilumina el camino de la energía masculina.
Al final ambas energías, están en una continua danza. Es dar y recibir. El balance se genera de la existencia de las dos, del vaivén, de respetar que ambas existan, se luzcan.
Ambas partes son importantes. Pues cuando uno se cae el otro persiste.
Es tu amor quién está en ese barco, no cualquier extraño.
¡Bendiciones!
Daniela Flores