Poesía sostenida

Tirada en el pasto

intentado encontrar el silencio,

pude controlar mi boca,

pero no el peso de mis pensamientos,

me llevaban una y otra vez

a encontrar un ¿porqué?.

La deliciosa repuesta a esa pregunta,

que prometía llevarme al otro lado,

prometía descanso a la pesadez de mi sentir.

¿Porqué? Grite en silencio,

te escucho, estoy cansada.

En el silencio están las repuestas,

me dije o ¿escuche decir?.

Mis pensamiento callaron ante ese grito ahogado,

encontré el silencio,

habitaba en mi mente,

en su presencia

todo se convirtió poesía sostenida.

Pude ver los hilos que sostienen a la mariposa,

la exactitud de su vuelo de inicio a fin,

el viento que la acompaña

en el preciso momento que el sol

acaricia sus alas

y devela sus multiples colores.

Las hojas del árbol se caen

mientras una hormiga las recoge

para llevarlas a casa.

El viento es el director

que marca el ritmo

de esta orquesta.

¿Espectadora? No. Partícipe.

En el silencio

recuerdo que parte de todo soy,

puedo sentir los hilos que me sostienen,

así como los de la mariposa,

el viento también me impulsa,

es el responsable del vuelo de mis alas,

el cansancio me libera.

La pregunta pierde importancia

y se esparce con cada aleteo,

así como el polen acumulado

en las patas de la mariposa,

emprendo mi vuelo.

Más ligera,

confiada en la poesía sostenida,

que acompaña el vuelo de las mariposas.

El canto de mi ser,

que se convierte en versos

de poesía sostenida.

Daniela Flores

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